Para gustos...

  • "Si me necesitas, llamame". Raymond Carver
  • "El ojo". Vladimir Nabokov
  • "Tokio blues". Haruki Murakami
  • "La conjura de los necios". John Kennedy Toole
  • "In the mood for love". Wong Kar Wai (pelicula)
  • "La espuma de los días." Boris Vian

Información y contacto

Reuniones: miércoles o los jueves de 14:30 a 15:30 en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid. Aula 3204-B.



Para contactar manda un correo a carol_14__@hotmail.com , os contestará Carla, que es un poco arisca. No es por meterme con ella, simplemente es una palabra sonora, por tema de publicidad litetaria...


sábado, 20 de noviembre de 2010

Binomio fantástico de paja y esponja

Y aquí va el otro, se trata de lo que escribí por el juego del binomio fantástico. En mi caso las palabras fueron esponja y paja.

¡Porquería! Como de costumbre la abuela empezó a quejarse otra vez. El día anterior había sido por el precio de la comida, esta mañana por los ladridos del perro del vecino y ahora por las esponjas que trajimos de la feria. “Abrase visto; ¡esponjas de paja! ¿Y eso para qué sirve, dime? Son unas nuevas esponjas de ducha desechables que han sacado para cuando vas de viaje por ejemplo o sencillamente para el uso diario, respondí. ¡Menuda tontería! No es tanta tontería abuela, intentó convencerla Alberto, si lo piensas son más higiénicas que las sintéticas ya que solo las usas una vez y son cien por cien biodegradables. ¿Así que de verdad se creen que sirven? Nos miró la abuela con los ojos como platos. ¡Dios mío! No habían tirado tanto el dinero desde que comprasen aquél espejo de latón ¡Y de eso hace apenas una semana!

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Ese año el invierno era durísimo y el lago se había convertido en un cántabro de hielo. La esponja no sabia que hacer, apenas con un cubito de agua vagaba de un lado para otro buscando algún refugio contra el frío. Por fin encontró aquel cobertizo abandonado y colocando su cubito en un sitio bien vigilado se acurrucó entre la paja, donde se quedó profundamente dormida.

La misión

Bueno, pues aquí van mis deberes de las últimas reuniones, el primero que dejo es el del final común, a partir del juego de partir de un final configurado para escribir una historia, (es bastante extenso asi que me alegraría que encontraseis fallos ya que significará habeis tenido el valor de leerlo). Ala, artaos!

La misión

Tomaos las manos hermanos, en este lugar alejado de las diabólicas garras de la civilización. Sentid como el aire puro de las montañas penetra por cada uno de nuestros poros purificando nuestro cuerpo y como los dulces sonidos de la fauna en libertad purifica nuestra alma.

Repetid conmigo- Exclamó ceremonioso el maestro alzándose en mitad del círculo. Se colocó la capa suavemente y enseñando las palmas de sus manos comenzó EL JURAMENTO:

Homo sapiens arrogante y despiadado,

Déspota de la naturaleza,

Asesino de inocentes criaturas,

Usurpador de los territorios ajenos,

En esta noche, nosotros los concienciados,

renegamos de tu sangre

que tanta otra ha derramado en este mundo,

Rechazamos tu ladrillo destructor de las canteras,

El metal arrancado de las entrañas de la madre tierra,

De los cables que matan a las sagradas aves,

De la carne de los iguales compañeros animales,

Y vistiendo estrictamente con sintético, juramos:

Defender con nuestras vidas a todo ser vivo amenazado o susceptible de serlo por los demás malvados ejemplares de nuestra especie.

Auuuhhhhhhhhhhhhhhh

Cerró la oración el maestro con el grito común tras el que los concurrentes irrumpieron en abrazos efusivos para dar la reunión por empezada.

Carla observaba con los ojos muy abiertos hacia todas partes. ¡Cuanto había esperado ese momento! 18 largos años, ¡Toda su vida! El último mes estuvo revisando el calendario cada noche, cuando su hermano volvía de las reuniones de los concienciados y le contaba emocionado el resumen de la jornada. Y ahora, por fin había llegado la fecha señalada y allí estaba, iniciándose como nueva socia de LOS CONCIENCIADOS.

- ¿Qué tenemos hoy Fran?- Irrumpió una voz en medio del vocerío provocando el silencio.

Un joven corpulento se aposentó en el centro del círculo con movimientos atléticos y una carpeta en la mano. Carraspeó un par de veces y extrajo unos cuantos folios de la carpeta observando con los ojos entrecerrados al público circundante.

Todos esperaban expectantes, sin movimiento alguno. El portavoz se había alzado y cuando el portavoz se alzaba algo de vital importancia había ocurrido u ocurría o estaba a punto de ocurrir.

- Hermanos- aspiró profundamente- van a traer un ornitorrinco al Zoo.

¡Dios mio! Una ola de indignación y horror inundó la estancia.

- No hace falta que os hable del valor intrínseco de esta especie- continuó el portavoz-Uno de los pocos supervivientes de los monotremas, pico de pato, cola de castor, patas de nutria- enumeró aproximándose en aspavientos hacia los asistentes- Una auténtica joya Australiana… en peligro de extinción.

Una concatenación de inspiraciones ahogadas inundó la sala, algunos se tomaron las manos, otros se las llevaron a la cabeza y hubo quien bajó esta última en extrema desolación.

- Tenemos que actuar Fran- respondió Carla, levantándose de un salto.

Sus ojos brillaban de admiración y una especie de cosquilleo energético le recorrió el cuerpo que se movía inconteniblemente de un lado para otro.

- Tenemos y vamos a actuar- afirmó Fran girando la cabeza hacia todos ante las ovaciones de la audiencia.- El ornitorrinco lo traen de Australia la semana próxima, según ha confirmado nuestro contacto de importaciones, al parecer procedente de una reserva próxima a la que trabaja. Está previsto que llegue al zoológico el martes, a las 12 del mediodía. Por supuesto que irá un comité a recibirlo; el presidente, el director del zoológico, algunos catedráticos de la Universidad y las cámaras por todas partes.

Tendremos que esperar hasta la media noche para actuar.

Este es el plan- dijo sacando nuevos folios de la carpeta y desplegándolos sobre el centro del círculo al que se aproximaron los demás.

Víctor va hacia la media noche. Se encuentra con el guardia. Le cuenta una trola de que tiene que inspeccionar al nuevo ejemplar como marca el reglamento que se debe hacer con los nuevos ejemplares cada 12 horas. Accede a las instalaciones con sus claves. El guardia se va a hacer la ronda. Víctor abre una de las puertas traseras. Truca el sistema de seguridad tal que parezca que fue un descuido de alguien. Entramos encapuchados y vamos hacia la celda del ornitorrinco, allí estará Víctor, lo golpeamos, lo atamos y amordazamos tal que parezca un robo, cogemos al ejemplar, nos hacemos con las cintas de la cámara y salimos por patas. Para cuando el guardia lo descubra estaremos muy lejos.

¿Que os parece?

Todos aplaudieron mostrando su aprobación.

Ahora necesitamos a los participantes- concluyó el portavoz.

Carla no dudó ni un instante en levantar la mano ante la mirada preocupada de su hermano.

-Tu no puedes venir- replicó enseguida el portavoz- la operación es arriesgada y apenas tienes 18 años. Además, no has hecho más que empezar.

-Quiero ir- se quejó ella. Sé que puedo hacerlo. Soy campeona estatal de 100 metros lisos, soy pequeña y ágil y además ¿Qué mejor forma de inaugurarme?

-No, no y no- insistió el hermano.

- Conozco el zoo de cabo a rabo- replicó ella- ya sabes todo el tiempo que pasé para el cursillo de concienciación antes de entrar en la sociedad. Soy el miembro más reciente y por eso mismo el maestro y yo somos los que mejor recordamos el espacio- concluyó lanzando una mirada suplicante al maestro que yacía pensativo en el fondo de la cabaña.

Fran también miró al maestro sin saber como contraatacar.

Irá- contestó el maestro tras un silencio tenso y Carla sonrió como no lo había hecho nunca en su vida.

Las alarmas estallaron súbitamente en un concierto aterrador. Aquello no estaba planeado, algo estaba mal trucado en el sistema de seguridad. Los hermanos y otros dos acompañantes se lanzaron corriendo con el ornitorrinco envuelto en una manta y apenas alcanzaron la puerta cuando llegó el guardia y uno de los activistas lo lanzó de un empujón.

- Las alarmas están conectadas a la estación de seguridad, no tardará en venir la policía- informaba Fran entre jadeos en la carrera hacia la puerta principal. Y efectivamente, apenas unos minutos después se escucharon las sirenas acercándose.

- Tenemos que despistarlos- dijo cuando llegaron a la puerta. Y apenas en unos segundos sacó una nueva manta de la mochilla, la enrrolló en un bulto y dispuso:

- Primero nos las arreglaremos para escalar la puerta, después Marta, Antonio y yo correremos hacia el oeste. Puesto que somos más y haremos todo el ruido posible confío en que nos seguirán a nosotros. Carla, tu irás en la dirección opuesta con el ornitorrinco, atraviesa el parque y encárgate de esconderte- le dijo al tiempo que sacaba una bolsa de la mochila y se la lanzaba. Ahí tienes un tuper con comida para ti y otro para el ornitorrinco. Llama al maestro al móvil y explícale la situación, vendrá con el coche a recogerte y sabrá que hacer con el animal.

¡Vamos!

Carla atravesó el parque cual perseguida por un demonio con el tesoro entre los brazos. Algo había vuelto a fallar y una horda de policías se habían lanzado en su búsqueda con los perros. Apenas a unos pasos consiguió desviarse a la derecha, hacia un rincón oscuro a orillas del río. Necesitaba parar, llevaba más de media hora corriendo a toda velocidad y el ornitorrinco pesaba demasiado. ¿Qué podía hacer? Estaba rodeada, los policías habían acordonado toda la zona, tarde o temprano la cogerían y si se le ocurría llamar entonces si que la localizarían en el momento. Observó al ornitorrinco revolverse entre las mantas mientras tomaba aire. Sacó el tuper y lo alimentó“¿Y contigo? ¿Qué pasará contigo?” Los perros se escuchaban cada vez más cerca. “Ellos no pueden cogerte”, le dijo Carla abrazandolo fuertemente, “esos malditos contrabandistas se creen que por poner un bonito sello en un papel convierten la compra-venta de animales exóticos en algo legal. Prostitución, eso es lo que hacen los hijos de putas, protituyen a las otras especies. No dejaré que te cojan pequeñajo, no pienso fallarle a la sociedad”.

Y dicho lo cual dejó rápidamente el taper en el suelo, tomó al ornitorrinco, se aproximó a la orilla y lo dejo caer desde las mantas sobre el agua. Sonó un “ploff” y desapareció. Carla se sentó tomando el tuper entre las manos y permaneció inmóvil. “¿Sobreviviría?” El pH, la temperatura, los nutrientes del medio, los demás pobladores, ¿Sería capaz de acostumbrarse aquella criatura a un clima tan hostil? A eso obligaban a las demás especies los asquerosos humanos, a vivir una vida distinta a la suya natural, bien en zoológicos, o en granjas, o en laboratorios. Y a los que no mataban directamente los mataban indirectamente. Los humanos deberían morir, deben morir” se repetía la joven para sí apretando los puños, con la boca torcida y los ojos desorbitados, al tiempo que las pisadas y los ladridos alcanzaban su escondite.