Para gustos...

  • "Si me necesitas, llamame". Raymond Carver
  • "El ojo". Vladimir Nabokov
  • "Tokio blues". Haruki Murakami
  • "La conjura de los necios". John Kennedy Toole
  • "In the mood for love". Wong Kar Wai (pelicula)
  • "La espuma de los días." Boris Vian

Información y contacto

Reuniones: miércoles o los jueves de 14:30 a 15:30 en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid. Aula 3204-B.



Para contactar manda un correo a carol_14__@hotmail.com , os contestará Carla, que es un poco arisca. No es por meterme con ella, simplemente es una palabra sonora, por tema de publicidad litetaria...


domingo, 23 de enero de 2011

Para escritores que escriben!!

Aquí os dejo dos direcciones interesantes:

Un enlace a una plataforma de la complutense para promocionar de alguna manera a los escritores complutenses, puedes colgar tus obras, hacer comentarios etc...para alumnos, ex alumnos profesores... en diciembre tuvo más de 300.000 visitas!!! yo ya he colgado dos!

http://www.ucm.es/BUCM/escritores/

Un libro que se está escribiendo en la red que cuenta con varios escritores conocidillos y que la mayor parte de los capítulos los escribe el público, tu mandas el tuyo y si les gusta ahí estás!!

http://tobe-continued.com/

Bueno los dos son interesantes, sobretodo si queréis que os lean, quizás no mucho, pero algo, es una buena iniciativa.

sábado, 22 de enero de 2011

Historia compartida, Johnny ( I )

Ahí están todos otra vez. Bebiendo. Fumando y Quemando la vida. Texas Bones, el puto Franky Coconut, la adorable Keys, Jhonny ........ahora llega abriéndose paso desde la calle Robb.
Se acerca nervioso aunque intenta disimularlo lo mejor que puede, las comisuras de los labios le delatan y tiene esa medio sonrisa orgullosa-tímida de cuando quieres que la gente comparta tu emoción por algo que te mola pero te da vergüenza que te vean tan ilusionado. Se ha implantado una cámara que le permite grabar los culos de todas las nenas del país, nos enseña las fotos y los vídeos en una pequeña pantalla LCD, Keys y Johnny se miran al unísono al verle la cicatriz debajo del párpado de un color rojo oscuro que se extiende unos milímetros por debajo de la piel, parece que está gritando infección y amputación pero esta es la noche de Robb, si no tiene dinero para ir a un cybercirujano de primera no tiene dinero para desinfectarse la herida. No se arregla nada chillándole a un paralítico que es paralítico. Al cabo de una hora más o menos se van marchando del Cruissers.

Jhonny necesita un chute, se le nota en el andar vacilante y absorto, hace frío y se arrebuja en el collage negro de parches y metal con el que se viste. Lleva vinilo, cuero y acero. Va a ver a un viejo conocido. Siempre está disponible cuando le necesita y lo que necesita es pasta antes de negociar la mercancía. Es un hombre entrado en los cuarenta, pelo engominado, after shave barato en cantidades industriales, sonrisa de tiburón y unos modales impecables que contrastan con su estilo estrafalario; le encuentra donde siempre, va de la mano de un chico pero cuando ve a Jhonny le hace un gesto que dice, esfúmate … comienza el ritual...
...
- ¿Cómo te va, Jhonny cariño?-
- Ya sabes, tirando, necesito pasta.
- Después de los abogados los vicios son lo más caro ¿no? ¿Sigues conservando tu maldita habilidad?
- Prueba...
- mmm logaritmo de 17 568
- En base diez 4.244722 en base “e” 9.773834 en base dos...
- ¡Basta! Quiero decir, no hace falta que sigas...todavía no comprendo como lo haces, me da escalofríos, cambiemos de tema, ¿cuánto dinero necesitas?
- Ando pelado, un completo, gracias por preguntar...

Jhonny como muchos otros chicos de los suburbios tiene la mirada extraviada, ligeramente vacía, encerrada en sí misma, Jhonny tiene la mirada trágica y resignada, quizá sea eso lo que atrae a sus predadores, la inevitabilidad en su rostro, que evita que se sientan demasiado culpables.
Cuando termina Jhonny sólo puede pensar en darse una ducha, pero el ansia puede más y decide dejarla para más tarde, se dirige a la colmena, esperando encontrar allí como siempre a Ritter, su camello, compra unas cervezas holandesas y unas patatas especiadas por el camino, Ritter no sale de su casa a no ser que sea estrictamente necesario, esto quiere decir incendios o pasma (que suelen ser corruptos y no pagan por la mercancía). Para facilitarle la situación le lleva ese delicatessen, compartirán la priva y el transix pero no las patatas, están asquerosas y te dejan la boca más pastosa que una ensalada de polvorones.
Ha empezado a lloviznar, se forman arco iris sobre el suelo aceitoso y las farolas parpadean para no perderse el espectáculo, el pelo corto y color azabache se le pega al cráneo como una mortaja, al cruzar un callejón ve al fondo los ojos luminosos de un perro que no se decide a salir.
En el portal se encuentra a Ronnie que le dirige una mirada sedada, sube hasta el piso de Ritter, el 49, pantallas en el pasillo no paran de gritarle que compre y una marea de hologramas le salpica las retinas. Empuja con el hombro la puerta cede y entra aliviado en el antro corrupto de Ritter. Le encuentra sentado en una vieja mecedora con uno de los ventanales abierto mirando al cielo, la lluvia le ha empapado pero no parece darse cuenta, la penumbra lo engulle todo y sólo se oye el repiquetear de las gotas iluminado tenuemente por la luz que llega de fuera.
Se le corta la respiración. El cielo se ve de un color negro como la brea, preñado de nubarrones, un viento gélido entra por los ventanales removiendo la basura que pulula por el suelo. Comienza a hacer efecto.

Recuerda. Cristaliza. Transforma. Crea. Imagina.
Revierte. Akadabra. Disecciona. Engulle. Evoca.
Altera. Metamorfosea.


Libera................Muere....................y


Resucita.


Se acerca a la ventana y grita, la lluvia se mezcla con unos gruesos lagrimones que no cejan en salir. Boquea hacia el nocturno infinito, girones de visceras de nubes aún ocultan las candelas celestes. Asiente paralizado hasta que termina.

Es tarde cuando llega a su casa, lo llama casa por costumbre aunque sólo sea un nicho temporal donde permanecer. Está cansado pero tiene insomnio. A veces, piensa, le gustaría morir de sueño.
Ha dejado de llover, luz chisporroteante de neon irrumpe por un agujero, se arrebuja en el tejido plástico, la tele sólo devuelve estática por la tormenta. Una vez oyó que esas rayitas blancas y negras que transmite cuando no hay nadie al otro lado provienen del mismísimo Big Bang, algo así como la radiación de fondo del universo, que todavía persiste para quien la quiera ver/escuchar desde hace 13 mil millones de años, se durmió dándole vueltas a esa idea, nunca se sabe...



Despierta. Mira hacia el techo. Respira.

Es tarde y tiene hambre, el torrente alucinógeno se ha ido apagando paulatinamente, se dirige a la cocina y se acaba los pocos cereales que quedan en un cuenco que lleva días incólume. Saben a polvo.
Sale a la calle, parece de noche pero sólo está nublado, la ciudad se repite las 24 horas del día. En su zona las calles están anegadas de vehículos y personas en interminable sucesión. El Efex no está lejos, es un antro subterráneo y mugriento pero con la mejor conexión en red de toda la manzana Siempre encuentra conocidos en el netcafé y a algunos de ellos no quiere verles, sólo quiere bucear un rato y leer los mensajes atrasados y si hay suerte puede que tenga algún encargo. “Trabaja” de hacker de vez en cuando, aunque ahora necesita dinero y no weblars, piratea programillas y diseña autómatas para el tipo de gente lo bastante inútil como para no saber hacerlo ellos mismos ni encontrar a alguien más hábil que Jhonny.

No hace falta esforzarse mucho, con permanecer a flote basta, siempre tragas un poquito de agua y toses hasta que la escupes. Un día te ahogas de verdad, como todo el mundo. Así que para qué estar luchando constantemente en vez de dejarte llevar…
…etéreamente…
por las olas.

Se quita el cable del implante subcutáneo situado, como en todas las películas antiguas, disimuladamente detrás de la oreja. Abre la puerta de la cabina y mira el reloj, sólo han pasado un par de horas, en la red el tiempo parece que vuela.
Sale a la calle, es de noche y está nublado, la ciudad se repite las 24 horas del día.

miércoles, 5 de enero de 2011

Ornitorrinco Welles

Hola chicos!! vaya desde que no acudo a las reuniones posteo más que Pablus !! jajaj HAce tiempo hice unos deberes sobre un ornitorrinco y unas lentejuelas(no pregunteís a Santo de qué!!) El caso es que nunca llegué a leerlo y lo he encontrado hoy! me pareció una historia graciosa y aquí os la dejo (y no dejeis de visitar este link http://www.youtube.com/watch?v=XNcdD9xwObM):



El barman lo había visto todo pero no se atrevía a declarar. Así que le preguntaron al borracho si había visto al Ornitorrinco con chaqué de lentejuelas de la noche anterior. El borracho, como buen borracho, no podría haber mentido a aquellos hombres por mucho que hubiera gustado, así que les dijo que no sabía nada y que si un Ornitorrinco era ese bicho tan feo con pico de pato pero con tetas. Dejaron al borracho sujetando la barra y se acercaron a la puta. Era una puta fea. Fea como ella sóla. Fea como el jorobado vizco comiendo limones. Fea como un sapo potando a un orco. Fea como el papa maquillado de payaso y con las cejas de ZP. Fea como la que se sacó los ojos para no verse en e espejo. Fea, como esa otra que prefiere bailar con la pared por no tener que bailar sola. Fea como la amiga de la novia de tu mejor amigo y que siempre te toca a ti tirártela. Y según se iban acercando más fea se les hacía. Fea, fea y fea. Era, un coco, vamos. Así que cuando llegaron a la mesa, les había dado tiempo a juzgarla y con las mismas, se dieron la media vuelta y se alejaron del bar.

Siguieron las huellas del Ornitorrinco y estas les condujeron a un supermercado chino. En lugar de seguir con el caso se metieron en la peluquería de la esquina porque hacía tiempo que tenían las puntas abiertas y ya se les veían las raíces. La peluquera, china también, sólo les cobró 50 arcos por ingles y medias piernas, así que dándole los buenos días y más contentos que Michael Jackson el día que visitó un orfanato, se apretaron un buen café en el bar de enfrente mientras montaban la guardia. Según sus informadoras (dos señoritas despampanantes que allí trabajaban) el Ornitorrinco solía asistir a aquel supermercado una vez por semana (el día de las ofertas de congelados) para probar el género y también el pescado. No tardó en aparecer con su aspecto triunfante y satisfecho, impecable embutido en su chaqué, su sombrero de copa lleno hasta el borde, su bastón de caña en una mano y con su bolsa de congelados en la otra. Preguntaron al Empleado Inexperto qué dónde podían encontrar gambas peladas y,ya que estaban, cogieron un par de bricks de leche que se les había acabado. Entonces vieron al Ornitorrinco conduciendo un carrito. Se dirigía hacia los cereales e iba tan confiado que no se dio cuenta de que le seguían así que a la altura de los Chocapics le echaron el guante. Se lo echaron de lejos así que fallaron. Una gracia, desde luego, pero aún les quedaba otro. Sin quererlo pisaron la montaña de cereales que se había desplomado sobre el pasillo número cinco y que limpiaba con fruición el Empleado Inexperto.

El Ornitorrinco, que no debía de ser muy inteligente y a pesar del estruendo del alud rico en fibra , tampoco se percató. Siguió empujando su carrito por la sección de perfumería mientras silbaba la de los Puentes de Maddison. Le emboscaron a la altura de los lácteos, en la esquina con la panadería, y el pobre Ornitorrinco cayó al suelo dejándolo todo perdido de lentejuelitas que luego el Empeleado Inexperto tuvo que barrer.

El interrogatorio fue duro pero no tanto como la sesión interminable de bingo a la que le sometieron en la que nadie cantaba raya. Por fin se marcharon y le dajaron en paz y el Ornitorrico tuvo tiempo para reflexionar sobre el curso de los acontecimientos. Tardó en llegar a la conclusión mucho tiempo porque no era muy inteligente y no estaba acostumbrado a pensar pero antes de amanecer ya tenía perfilado su plan de fuga. Era muy sencillo: sólo necesitaba tres tacos de plástico de calibre 20, láminas de aluminio semi rígido y cortadas en dos baldas de 5X20X30cm, tornillos de rosca con cabeza estrellada y un atornillador eléctrico pues tenía las aletas sensibles. Y así tendría la estantería de vinos que siempre había querido poner en la cocina. Pasaron tres largos días y decidió desistir de su idea de sumiller en potencia y aprovechar un rato en el que el guardia se fuera a ehcar un meo para largarse de allí. Empujó la puerta tal y como dictaba el cartel, con la suerte de que la encontró abierta y salió a la calle.

El tránsfuga se dirigió hacia el parque pues allí encontraría a alguien para contarle su historia . Cuál fue su sorpresa cuando se cruzo nada más ni nada menos con la que fuera su exnovia, Carla, que como de costumbre estaba deambulando por el parque. Antes le compraba a ella todo, las pelis piratas, las gafas de imitación, alguna china que otra, y el rolex que todos los años le regalaba a su padre por navidad porque estaba tan bien hecho que se lo robaban en la piscina pensando que era bueno.La mala suerte quiso que ella lo viera antes y le tirara al agua sin mediar palabra por todas las perrerías que le había hecho, con la serenidad del que tira un tampón al retrete. Desde el agua el Ornitorrinco pudo ver como Carla se arrepentía y se flagelaba un poco abollando un banco de madera con la cabeza por haberle tratado tan mal y no haberle dado tiempo a explicarse. En el fondo no era mala chica. Mal pronto pero nada más, y después de todo fueron muchas ornitorrincadas.