La cuenta atrás seguía, ya sólo quedaban tres días para recorrer el pasillo que la llevaría a reunirse con su familia.
¿Lamentaba su situación? Realmente no sabría que responder ante tal pregunta. ¿Lamentaba sus acciones? Otra pregunta simple de compleja solución.
Hacía ya dos meses que se encontraba recluida entre aquellas cuatro paredes de piedra ; su única compañía, gritos y sollozos de dudosa procedencia...Y entre todo aquello, las rocas que con sus trazos contaban historias y que con el crecimiento del “musgo de la cueva “ que, aún en la oscuridad completa, era capaz de crecer recordando que la vida seguía. Situada a varios metros del las calles de kalin Taleh, donde el sol no llegaba y el único aire disponible era peleado por los compañeros de celdas cercanas y cedido por aquellos que encontraban la liberación entre aquellas mismas cuatro paredes . Ese era su hogar
Aria tomó airé con fuerza y, en una de las esquinas, empezó a posicionarse sobre sus rodillas cubiertas con aquellos harapos antaño rojos. Ya debían ser la diez, debía comenzar su rezo.
-Arath, dueño de todo lo existente e inexistente. Protege a tu pueblo, a tus siervos devotos. Despedaza a aquellos que osan interferir con tus deseo, enferma sus cosechas y ganados; haz que sus mujeres enloquezcan y devoren a sus hijos y que, aquellos hombres que luchan contra ti encuentren el tormento eterno entre las fauces de tus criaturas...
-Son deseos muy bonito, si se me permite el atrevimiento. Pero no se harán realidad sólo con nombrarlo, por muchas veces que insistáis en la labor.
Aria levantó lentamente la vista del suelo y buscó en la puerta de la “morada” el dueño de la voz que había interrumpido sus plegarias; pero allí no encontró anda. Arrugó en ceño.
-Detrás vuestra.- Añadió la voz con cierto tono burlesco.
¿Tan ensimismada estaba que no había escuchado la puerta? Pero al ponerse en pie y girarse no encontró la figura completa de hombre , o raza conocida. Sólo un torso desnudo tañado en piedra unido a una cara de finos rasgos y cabellos largos se encontraba a mitad de la pared para darle la bienvenida. Parecía una estatua cuidadosamente construida, todos los detalles posibles se encontraban presentes en aquella figura que, sobresalía de la pared hasta cierto punto dándole volumen.
-¿Qué sois?
-La pregunta adecuada sería ¿Quién soy?
-Y...¿Quién es?
-Alguien que desea verte viva fuera. –Dijo la estatua mientras señalaba con un dedo hacía el techo de la sala.
Milagro!!! XD ¿Tengo que poner quién era el siguiente? ¿O ya se sabe?
ResponderEliminarYa se sabe... madre mia dónde has colocado el listón xD...
ResponderEliminarAunque nadie lo lea debido a lo hiperretrasado que esta en la cola de relatos, creo que ante la ausencia de continuacion lo intentare yo : ) porque ni laura ni pablo se ponene de acuerdoooo asi que paso de la lista!
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